martes, 21 de mayo de 2013

Tatiana Oroño


Tatiana Oroño. Escritora. Crítica. Curadora. Investigadora. Profesora de literatura. Cursó Maestría en Literatura Latinoamericana (FHCE, UDELAR). Investigadora asociada a la Academia Nacional de Letras. Su obra figura en el Programa oficial de Literatura, 1º Bachillerato (2006). Publicaciones en Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Cuba, El Salvador, España, EE.UU., Francia, Holanda, México, Panamá. Premio Bartolomé Hidalgo, Poesía, 2009. Premio Juan José Morosoli Plata, Poesía, 2009. Último libro de poesía: Ce qu’il faut dire a des fissures / Lo que hay que decir tiene grietas. L’Oreille du Loup, París, 2012. Últimas curadurías: Mañana…¡levántese azul!  José Gurvich: una paideia desvelada. Museo Gurvich, Montevideo, 2012;  Pintor de ideas, MNAV, Montevideo, 2012.

Automóvil4s importad4s
10/12 rodados x minuto,  600/700 x hora, 14.000/17.000 x día
                                                                                  maniobran
 en la cruz secundaria del vecindario en el asfalto ciego
                                                           de Asamblea y Candelaria. Una ceguera
atroz [paralela a Rivera, Asamblea es doble mano]
que no cuenta (no ve)
los árboles
que faltan (al paso de los 0Km que esquivan
los semáforos de la avenida y embotellan mi calle). Ni
los cuadros de césped ahogados con cemento.

Los vientos del 23.08.05 descuajaron árboles de raíz.
Atrás tronaron
las cuadrillas con órdenes y sierras. Trituraron
los restos. Los desaparecieron.
                                                                                  ¡Mancillada de mí!

Es trágica ceguera que no ha de registrar qué
arranca
el arranque de las 4X4
cuando no queda sombra que ponerse a la espalda.

El ciclón del 19.09.12 abatió las dos oscuras copas de un jardín.

La caída derribó una tercera, municipal. Tres frondas cercenadas.
Mi cuadra, en cueros. La galaxia olvidada de los pájaros, ni pía. No
tiritan las hojas.
Atrás tronaron
las cuadrillas con órdenes y sierras. Trituraron
los restos. Los desaparecieron.
                                                                                  ¡Mancillada de mí!
 Y extendieron alerta sanitaria: extirparon más de diez ejemplares.
No echaron cal. Cemento echaron. Embaldosaron hoy, octubre 24, cinco nichos.

 [Operación rastrillo // Los árboles son enemigos ¿de la patria?]
                                                                                  ¡Mancillada de mí!
[Operaciones de libre importación // Los autos ¿son la tropa de élite de un ejército que va en coche?]

El dióxido de carbono es una mara de gas a cielo abierto a la puerta de casa.



Escribir para ser una, para echar cuerpo. Pero antes, tener que hacer mil cosas. Por tanto: para ser una, hacer mil y una. ¿De qué escribir? De una cuenta que no cierra: para llegar a una, pasar por mil y una.


Construir

en el polvo
cimentar en la lava
excavar en el aire
apuntalar en punto imaginario

sostener la mirada

contener el aliento

levantar el andamio.

4 comentarios:

  1. Opa, Lucía Delbene!! Siempre dando sorpresas...
    Gracias por el regalazo!

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  2. Felicitaciones Tatiana por este Blog...trataré de seguirlo. Tb. por tu bella lectura de esos fragmentos de "Tertulia Lunática"!!

    Entiendo que el poema "Construir" es de Lucía Delbene, a quien conocí de chica y de quién he leído muchos buenos poemas.
    "apuntalar el punto imaginario"!!!!

    Abrazo! María Vidal.

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    1. Hola María, todos los poemas de esta sección son de Tatiana, yo solamente construí el sitio para colaborar con los poetas de mi ciudad! Abrazo

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    2. Gracias María (¿Mara?)por la alegría que es compartida. Gracias Lucía, insisto, por el trabajo potente. Y sí, seguir "apuntalando en punto imaginario", no hay otra. Abrazos

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